Nacimos para estar en movimiento…
Incluso mientras dormimos nuestro cuerpo se mueve, las hormonas fluyen, circula la sangre, respiramos y nuestro cerebro funciona sin parar. Sin embargo, las nuevas sociedades nos proporcionan cada vez más actividades que implican estar quietos en una misma postura. Ya sea viendo la tele, conduciendo, estudiando o durante 8 horas de cada día cuando trabajamos en una oficina.
Esto tiene una gran implicación en nuestra salud. La ergonomía en la oficina estudia los hábitos, el ambiente y el espacio que ayudan a disminuir los riesgos asociados al sedentarismo laboral. Esto incluye buenas relaciones con nuestros compañeros, una buena iluminación, el uso de mobiliario adaptado a nuestras necesidades, la temperatura del espacio…etc. No dedicar el tiempo necesario a establecer una buena ergonomía en la oficina se traduce en un aumento de las lesiones músculo-esqueléticas, mayor índice de bajas laborales, menos productividad y más estrés, entre otras. Es por eso que cada día surgen marcas como la nuestra que buscan encontrar el equilibrio durante nuestra jornada laboral, proponiendo espacios que nos sienten bien.
El impacto de una buena ergonomía en la oficina
Una correcta ergonomía en la oficina dependerá de la actividad que se realice en la misma, según las posturas y tareas que los empleados vayan a realizar en ella.
Durante años hemos obviado la necesidad de priorizar nuestra salud durante las horas de trabajo y los problemas asociados a esta labor aumentan sin parar. Por suerte, también aumenta la cantidad de profesionales que trabajan y difunden contenidos para educar a la gente en una correcta ergonomía en la oficina.
Estar sentados tanto tiempo nos enferma. La sangre no circula bien, la columna vertebral se encorva, se eleva nuestro nivel de estrés, lo que tensa nuestros músculos y afecta a nuestros huesos.
Y con todo esto llegan los dolores, el malestar psicológico y una serie de trastornos que se desencadenan a partir de aquí, como problemas digestivos o trastornos del sueño. ¿Lo bueno? Con unos buenos hábitos puedes reducir este impacto y hacer que las horas que pases en la oficina no te pasen factura.
Implementando hábitos saludables en la oficina
Pequeñas cosas que, día tras día, marcan la diferencia y nos aportan salud:
-Coloca tu pantalla delante de ti, no a un lado. De esta manera el cuello permanecerá en una posición más cómoda y evitarás el dolor.
-Dale un apoyo a tus brazos, ya sea en la mesa o en la silla. Utiliza un apoyo para tus muñecas de manera que te sea cómo utilizar el teclado y el ratón, evita tener muchas cosas encima de la mesa que puedan afectar a tu postura.
-Muévete más. Lo ideal es cambiar de postura cada 30 minutos. Trabaja de pie, sentado, aprovecha los descansos o incluso las reuniones para moverte. Descubre nuestros escritorios elevables mara moverte más.
-Ilumina tu espacio. A veces no tenemos en cuenta la iluminación, sobre todo si trabajamos en casa. Fíjate bien que tengas una buena iluminación para evitar forzar la vista. Aprovecha los descansos para mirar por la ventana a lo lejos y notarás como tus ojos se fatigan menos.
-Organiza tu día. Tener el día o incluso toda la semana planificada no solo mejora tu productividad, también te ayuda a reducir el estrés y a trabajar mejor.