Todos nos sentamos demasiado. En el trabajo, a la hora de comer, cuando leemos, cuando vemos series o películas, cuando estudiamos, cuando vamos a clase, cuando quedamos para tomar un vermut, cuando conducimos… la sociedad moderna pasa cada vez más y más tiempo sentada y la tecnología nos ata cada vez más a nuestros escritorios. Muchos de los procesos que antes requerían un desplazamiento ahora están al alcance de un click.
Este desarrollo es bueno para nuestra comodidad pero, si no tomamos responsabilidad, puede afectar a nuestra salud. Nuestro cuerpo necesita movimiento para mantenerse sano a largo plazo. Según la European Agency for Safety and Health at Work, alrededor del 80% de las personas que trabajan frente a una pantalla de ordenador todos los días sufren diversos problemas de salud relacionados con el sedentarismo.
La enfermedad del sedentarismo se refiere a los inconvenientes y peligros de pasar largos periodos de tiempo sedentario sentado casi a diario y lleva afectando a los trabajadores de oficina desde la década de 1960. Entre los riesgos para la salud se incluyen:
- Debilitamiento de los músculos de las piernas y los glúteos, lo que genera un mayor riesgo de lesiones por caídas o durante el ejercicio.
- Aumento de peso y mayor riesgo de padecer obesidad.
- Mala salud de la columna vertebral, que provoca su degeneración prematura
- Disminución del bienestar mental, más ansiedad y depresión.
- Mayor riesgo de problemas de salud como el cáncer, las enfermedades cardíacas, la hipertensión arterial y la diabetes de tipo 2.
- Venas varicosas, trombosis venosa profunda y mala circulación sanguínea.
- Dolor y rigidez de cuello.
- Aumento de la atrofia del lóbulo temporal medio, que afecta a la memoria y a la función cerebral.
- Dolor y rigidez en la parte media y baja de la espalda así como en los hombros.
- Muerte prematura
Es por eso que cada vez es más inminente la necesidad de añadir dinamismo a nuestro día, especialmente durante las horas de trabajo, que representan un tercio de este.
Te damos algunos consejos para ir añadiendo movimiento a tus rutinas diarias:
-Camina un poco antes de empezar a trabajar
Si vas a la oficina puedes aparcar un poco más lejos de la puerta, así podrás caminar hasta tu puesto de trabajo tanto a la ida como a la vuelta. Si trabajas en casa, puedes salir a dar un pequeño paseo antes de empezar la jornada, te servirá también para relajarte y ordenar tus ideas.
-Utiliza las escaleras para subir y bajar
Tanto en la oficina como en casa, utiliza las escaleras cada vez que tengas que salir. Aprovecha para moverte siempre que puedas. Por ejemplo, puedes subirlas más rápido o de dos en dos para darle un estímulo diferente al cuerpo.
-Haz estiramientos varias veces al día
Escucha a tu cuerpo, hay personas que acumulan más tensión o malestar en el cuello, en las cervicales, en la mandíbula, en la espalda… Identifica tus puntos de dolor y cuida de ellos.
-Utiliza una mesa elevable
Si optas por una eleva, ponte de pie cada 30 o 45 minutos. De esta manera podrás darle movimiento al cuerpo sin perder el ritmo de trabajo.
Encuentra tu manera, si cada 30 minutos es mucho para ti, hazlo cada 50 minutos. Combina periodos de pie con periodos sentado, puedes empezar haciendo 20-80 e ir añadiendo más momentos de pie hasta alcanzar un ratio 50-50.
-Aprovecha los cambios de postura para moverte
Aprovecha estos cambios para moverte, ir al baño, a por agua o a por un café. No te lo pongas difícil. Por ejemplo, si quieres obligarte a levantarte más veces al día no trabajes con una botella de agua de 2 litros al lado. Utiliza un vaso o una botella pequeña que tengas que rellenar cada vez que quieras beber agua.
-Planifica tus tareas en movimiento
Decide qué tareas vas a realizar siempre en movimiento, como por ejemplo pasear siempre que te llamen por teléfono, o siempre que tengas que pensar ideas para un proyecto; o estirar siempre que esperes a que la cafetera haga tu café o el microondas caliente el tupper.
-Siéntate de manera activa
Cuando te sientes en la silla intenta no mantener la misma postura todo el rato. Mueve tus piernas, tu espalda, cambia de posición. De esta manera mantienes tu musculatura activa e irrigada, mueves tu sistema linfático y liberas tensiones musculares.
-En resumen: ¡muévete más!
¿Trabajas en casa? Ponte tu canción favorita cuando hagas un descanso y baila un poco. Haz unas sentadillas o cualquier otro ejercicio que te siente bien.
¿En la ofi? Ve a ver a ese compañero que te cae genial del departamento de al lado y pregúntale qué tal el fin de semana o date un paseo siempre después de comer.
Se trata de buscar el equilibrio entre movimiento y comodidad. Un equilibrio que nos permita mantener una buena salud y, a su vez, trabajar con energía y motivación.